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Ayudando a un niño con Impaciencia e Ira

Como ayudar a un niño con Impaciencia e Ira


Uno de los trabajos más importantes como padre es enseñar a los niños cómo manejar sus sentimientos correctamente, particularmente los negativos. Con frecuencia, la clave para ayudar a un niño a lidiar con estas emociones es crear un ambiente donde el niño comprende que sus sentimiento, tanto positivos como negativos, son una parte normal y completamente válida de la vida. Si notas que tu hijo tiene dificultad con la impaciencia y la ira, sigue los pasos para enseñarle a lidiar con ello en forma saludable.

Estas son algunas de las alternativas que podemos utilizar.

Habla frecuentemente con tu hijo sobre sus emociones. Haz observaciones en voz alta cuando el niño u otra persona expresen una emoción fuerte. Por ejemplo, puedes decir: "ese hombre se ve enojado", si alguien en la televisión o en un lugar público parece estar teniendo una discusión con otra persona, o: "pareces triste por algo que acaba de pasar", si el niño está molesto porque algo no salió como quería. Hacer esto regularmente ayuda al niño aprender a poner etiquetas en los distintos sentimiento y volverse más emocionalmente conscientes.

Alienta al niño a ser abierto contigo respecto de sus sentimientos, tanto positivos como negativos. Déjale saber que comprendes cómo se está sintiendo y por qué, luego aliéntalo a dejarlo salir en una forma que no lastime a nadie, como por ejemplo haciendo un dibujo. Si los sentimientos son el resultado de un problema específico, trabaja con el niño para crear la solución apropiada. Esto le enseña que tiene el control sobre esta situación y su ira puede llegar a una solución constructiva del problema si se lidia con ello racionalmente.

Guíalo con el ejemplo. Si los adultos en la vida de un niño demuestran que la impaciencia, ira y estrés pueden ser manejados en forma positiva y tranquila, el niño es propenso a copiar ese comportamiento. Deja que el niño sepa cuando te estás sintiendo impaciente o triste y explica por qué, luego muéstrale cómo lidias con ello, ya sea si es respirando profundo o distrayéndote leyendo o jugando.

Recompensa al niño por ser paciente. Si el niño está esperando pacientemente su turno para un juego, por ejemplo, reconócelo y dale un refuerzo positivo. Por otro lado, si el niño está haciendo una rabieta debido a la impaciencia, explícale en forma calmada y firme que no puede siempre salirse con la suya. Si lo que él quiere es algo material, como un juguete, considera decirle que puede tenerlo cuando ahorre suficiente dinero de su mesada para comprarlo él mismo. Convierte los ahorros en una actividad divertida ayudándolo a tener registro de su progreso en un cuadro hasta que tenga el dinero suficiente para comprar el juguete. Esto le mostrará que ser paciente eventualmente rinde sus frutos.





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